Lo que durante siglos fue una pista para los médicos al explorar un órgano duro por palpación, hoy se revela como un motor activo del cáncer y de la fibrosis. Un equipo internacional liderado por el científico español David Lagares, desde Harvard Medical School, ha demostrado que la rigidez de los tejidos no es un simple síntoma, sino una fuerza que guía la expansión tumoral y la progresión de enfermedades fibróticas. El trabajo, publicado en Nature Cell Biology, aporta evidencias en modelos vivos de que la llamada durotaxis —la migración celular impulsada por gradientes de rigidez— es clave en la metástasis del cáncer de páncreas y en la acumulación de tejido cicatricial en fibrosis pulmonar, cutánea y renal.
La investigadora Alba Santos, coautora del estudio, realizó experimentos clave de este nuevo trabajo durante el inicio de su tesis en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CBM, CSIC-UAM), bajo la codirección de Santiago Lamas, investigador del CBM, y de David Lagares, antes de incorporarse al laboratorio de Harvard.
Los investigadores observaron que regiones peri-tumorales del microambiente tumoral se caracterizan por ser áreas de gran rigidez, creando caminos preferenciales para que las células tumorales se desplacen e inicien metástasis en órganos distales. Para probar que este fenómeno ocurre en organismos vivos y no solo en experimentos de laboratorio in vitro, el equipo empleó ratones modificados genéticamente y un fármaco experimental, JP-153, que bloquea de manera específica un mecano-sensor expresado en células tumorales, formado por la unión de las proteínas FAK y paxilina. El resultado fue contundente: inhibir la durotaxis tumoral redujo de manera significativa del número de metástasis desde el páncreas hacia el hígado.
En el cáncer de páncreas, uno de los más letales y con peor pronóstico, los subtipos más agresivos —los llamados quasi-mesenquimales— sobreexpresan el mecano-sensor FAK-paxilina, lo que les permite aprovechar estas rutas rígidas para expandirse. Esta observación abre la posibilidad de utilizar tanto la expresión de FAK-Paxillin como la rigidez del microambiente tumoral como biomarcadores para predecir la evolución de la enfermedad y seleccionar qué pacientes podrían beneficiarse más de terapias dirigidas contra este mecanismo.
El descubrimiento plantea un nuevo paradigma en la lucha contra el cáncer y la fibrosis. Hasta ahora, la mayoría de tratamientos se centraban en atacar mutaciones genéticas o bloquear moléculas específicas. Los resultados de este trabajo muestran que también es posible diseñar fármacos mecano-terapéuticos, pensados para alterar la interacción entre las células y las fuerzas físicas del tejido que alimentan la progresión de la enfermedad. Si se confirma en ensayos clínicos, esta estrategia podría cambiar radicalmente el abordaje de patologías tan agresivas como el cáncer pancreático y de enfermedades fibróticas que hoy no tienen cura.
Referencia
Al-Hilal, T.A., Chrysovergi, MA., et al. Durotaxis is a driver and potential therapeutic target in lung fibrosis and metastatic pancreatic cancer. Nat Cell Biol 27, 1543–1554 (2025). DOI: https://doi.org/10.1038/s41556-025-01697-8